El burgo o la fortaleza de Cardona está ocupada por los carolingios a finales del siglo VIII como paso previo a la conquista de Barcelona. Guifré ya la fortifica en 886, la integra en su condado de Urgell en 870 y, en 888, le otorga la primera carta de población, la más antigua de Cataluña. El conde tiene clara su importancia geopolítica y económica: domina el transitado cruce de caminos del Cardener y, al mismo tiempo, controla la riqueza de las minas de sal. A partir de 978, con Al-Mansur como nuevo caudillo andalusí, los vizcondes Ermemir II y Ramon I de Osona (futuros vizcondes de Cardona) avanzan desde la retaguardia y se significan en la defensa de la marca junto al nieto de Guifré, Borrell II.
Visitable en determinados horarios o concertados.
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Este castillo está vinculado a los castells de frontera de Guifré.