Durante la Alta Edad Media, Montserrat como límite del sur de esta frontera de la Catalunya Vella se llama montaña de las Rocas Negras. En 933, en época del hijo de Guifré, Sunyer I, ya la encontramos documentada como monte Serrat. En 1025 y en su cara norte, el obispo Abat Oliba de Vic convierte el priorato de Santa María, San Isculo y San Pedro en la abadía de Santa María dependiente de la de Santa María de Ripoll y obediente a la diócesis de Vic . Para defender este nuevo monasterio, se construye una torre que, posteriormente, pasará a llamarse castillo de Montserrat, la fortificación edificada a más altura de todos los castillos de Guifré, a 920 metros.
En el antiguo emplazamiento está ahora la ermita de Sant Dimes, de acceso complicado. En cambio, la portalada románica coetánea en el castillo se encuentra en los porches de la abadía y es visitable siempre.
Este castillo está vinculado a los castells de frontera de Guifré