Hace 30 millones de años la actual sierra de Castelltallat era una zona plana con lagos, charcos de agua y un clima subtropical. Cerca de donde ahora se encuentra la masía de Can Prat Barrena, muchos animales iban a beber. Entre ellos, ejemplares de Entelodon magnum, un antecesor de los actuales jabalíes, que dejaron un buen número de icnitas (huellas fosilizadas) sobre una plataforma de roca caliza. Para el buen estado de conservación, es uno de los mejores yacimientos paleontológicos de estas características.