La villa de Santpedor conserva un importante patrimonio arquitectónico y artístico de su esplendor medieval como villa real y, situada en un cruce de caminos, mantiene viva la tradición y la huella del Camino de San Jaime. Así, destacan los portales de la antigua medalla o la Plaza Grande espacio donde se celebra la Fiesta de San Miquel.
Fue también patria del célebre Timbaler del Bruc y en su plaza porchada se gestó una parte de la victoria del Bruc. También ofrece unas muestras interesantes de su patrimonio industrial y uno en torno a interés natural representado por los humedales de la Bòbila.